LA RED DE ALAIN

CAPITULO IX

(Este si que es el ultimo)

Lo bueno de este relato, es que habéis podido dar ideas para escribirlo. Ahora os doy la oportunidad de elegir el final que más os guste. Ya os diré cual es mi favorito.

PRIMER FINAL

Cuando Chantal vio a su marido, no podía creerselo. ¿Que hacía el ahí?. En lo alto de la escalerilla, desafiante. Con un smokin que le hacía tener mezcla del cobrador del frac y un pingüino, escapado del zoo.
Cuando llegó a su lado, pudo sentir ese olor a pachulí que detestaba, se había engominado el pelo, como si una vaca le hubiera lamido la cabeza.
- ¿Pero, que haces aquí Carlos José?. Así le llamaba ella cuando quería tocarle las narices.
_Mi querida Chantal, estas......(azote en el culo y abrazo afixiante). Y como no, uno de sus besos lenguosos que le llegaban a la campanilla, movía la lengua tipo centrifugado. Después de unas cuantas vueltas de lengua y el olor a pescaducio metido en su cuerpo, no pudo reprimir el vomito por la borda.
Una vez terminada la triste tarea, Carlos José la cojio en brazos torpemente, y tambaleándose por la tarima, la llevo hasta la popa. La sentó en una silla y ya más tranquila pudo ver una gran mesa llena de comida grasienta de la que le gustaba a el (chorizaco, morcilluela, callos etc).
-Espera chata, que ahora viene lo mejor.
Enseguida aparecieron tres mariachis gordos y ruidosos que empezaron a cantar..."canta y no llores", le horripilaban y siempre le habían dado dolor de cabeza.
Pero, de pronto reparó en una pequeña cajita de terciopelo verde que estaba sobre su plato.
-¿Y esto?.
- A si, se me olvidaba, es una tontería que te he comprado.
Comenzó a ponerse un pelin nerviosa, era la primera vez en muchos años que el tenía un detalle sorpresa y eso le gustaba. !Que nervios¡, ¿sería un anillo o tal vez unos pendientes o quizá un colgante?. Se disponía abrirlo, cuando el dijo ; cada vez que lo veas te acordaras de mi y además, no perderás las llaves. ¿Ehhhhhhhhhhh?. Dentro había un cencerrito de hojalata, era un llaverito.
Solo pudo decir; Gracias, que mono.
-Ta gustao eh?. Ala venga, vamos a comer.
-Pero antes explica me todo esto por favor. Ya con la boca llena Carlos José comenzo a explicarla que se había dado cuenta que tenía que reconquistarla.
-Nena, tu vida es mu aburrida y me dije; voy hacer algo pa que se divierta. Contrate a un actor y jode, casi te lo cargas.
-¿Y el de la torre, eras tu o el actor?.
-No mujer, como le iba dejar a un mindungui que te comiera el potorro.
Ella cada vez se sentía más triste, pero por otra parte le miraba y veía en el, a un hombre bueno. Que tenía sus defectos, pero como todos. La ilusión que tenía era irreal y por fin todo se había puesto en su sitio.
- ¿Y este yate? ¿Y los sobres negros?. ¿Y lo de mi blog, lo sabías?.
-Bueno, de todas estas gilipoyeces, se encargo mi secretaria. Ya sabes, ve muchas novelas rosas de la tele. El yate me lo ha dejado mi dentista y lo de tu blog....si lo vi un día, pero me aburrí un montón. No había mas que comentarios de marujas que están a falta de un buen polvo.
-!Por dios¡ Carlos José, no seas tan bruto. ¿Y mis cuadros, los que pinto Pierre?.
- Ah¡ ¿Esos tan malos?. Me los tienes que pagar, que me costaron un pastón y son una mierda. Los tienes en el sótano de casa. Por cierto, ¿no te acostarías con el, no?. SILENCIO.
Terminada la cena y con gran dolor de cabeza, a causa de los mariachis.
-Te voy a llevar a la cama en brazos. -No deja, deja que te veo un poco chispa, a ver si me tiras por la borda.
Entraron al camarote, Carlos José se arreo el primer peo.-Perdona chati, tanto chorizo, me ha soltao la tripa.
Chantal entro al baño, era de un lujo total, pensó en la suerte de los dentistas, como vivían algunos. Se miró al espejo, era guapa y estaba guapa, se sentía joven, pero también se sentía querida, el gordo pedorro de su marido la había sorprendido y después de tantos años de matrimonio....en fin, era una mujer normal y con suerte. Salió del cuarto de baño y su marido yacía en la cama en pelotas y medio roncando. Se quito el vestido y su tumbo a su lado. Como un oso le dio con la zarpa y como de constumbre la hizo el amor, sin miramientos y como se hacen las cosas después de algunos años de rutina. Cuando terminó se quedo dormido agarrado a ella y con cara de angeloso. Era tierno, ver su carita rechonchona bramando felicidad.
- Gracias, te quiero.
- Humm, levantate pronto que humm tengo que juuuu dar el barco juuuu.