lunes, 23 de noviembre de 2009

LA RED DE ALAIN

CAPITULO VII


(Nota del autor: Para los despistados. El capitulo VI salió antes que el ultimo post de los comentarios).

Chantal entró en la iglesia. Estaba vacía, se sentó y un escalofrío recorrió su cuerpo. Estaba un poco oscura y no se oía nada más que el silbido de las llamas de las velas al arder. Ya no sabía rezar, pero comenzó a decir....Notre père, noto a alguien que se sentaba tras ella y le decía al oído, que tu es dans le ciel. No puede ser, esa voz era inconfundible, tan varonil y sensual. No quería girar la cabeza. Su cuello se tenso al sentir una lluvia de pequeños besitos que se desparramaban por sus cervicales.

- Vamos mon petite sauvage.

Solo había una persona en este mundo, que le llamara "salvaje" y es que ella se comportaba así en su juventud, sobre todo en la cama.

Giró la cabeza y ahí estaba el...Pierre. Estaba arrebatador, con el pelo tan rubio como siempre, quizás un poco más largo. Su cara ya no era la del muchacho feliz que conoció. Había madurado y estaba buenísimo. Ahora estaba interesanton a tope. La barba a medio afeitar, le daba ese toque de bohemio que no parecía haber perdido.

-Mon petite sauvage, estas preciosa. Te he visto pasar por delante de nuestro café y te he seguido hasta aquí. Cuanto tiempo ha pasado. Te fuiste sin decirme adiós a España y no he sabido nada de ti. ¿Porque me has castigado así?

-No se Pierre, lo nuestro fue una locura y tanto desenfreno me estaba matando y cuando conocí a la calma...me largue con el.

- Vamos a tomar algo a mi estudio y así ves mi obra.

- Vale, me apetece ver tus cuadros.

Después de subir los 6 pisos que había hasta su buhardilla, llegó casi sin aliento e ilusionada por ver de nuevo todos los retratos que le había hecho.

Cuando entraron, en seguida de acordó del olor que había allí a esa mezcla de aceites, aguarrás y óleo. Los ventanales, el diván, la cama donde tantas veces se entregaron a la pasión de los cuerpos. Pero sus cuadros no estaban donde ella los recordaba.

- ¿Donde están mis retratos? Tenías muchos y decías que nunca te separarías de ellos.

Le señaló con un dedo. Allí encima de la cama, dormía posiblemente una de sus mejores obras.

Era la primera vez que hacían el amor y después de estar prácticamente todo la noche haciéndolo, el se levanto y se puso a pintarla.

- No, así no, porfavor, con estos pelos...y esta cara de loca recién levantada.

- Chantal, estas impresionante, eres tan blanca y tan bella, que quiero robarte esa belleza para dejarlo en este lienzo de por vida.

Cuando Pierre terminó de pintarla, ella salto de cama y al ver la obra no pudo parar de llorar. No tenía palabras para decir lo que sentía.

Se acercó hasta los pies de la cama y mirando el cuadro con algo de nostalgia le preguntó:

- ¿Y los demás?

- Veras mon cheri, pase por una mala racha y no tenía ni para comer y bueno, lo siento, los vendí.

-¿Que los vendiste? ¿Pero quien te dio permiso? Ahora estaré por todo Paris en bolas en casa de algún viejo chocho o vete a saber. Estas loco.

- No te enfades, no tuve alternativa. Un día se presento en la puerta de casa que me dijo ser un coleccionista de obras de arte en España

- ¿En España? OH Dios mío.

- Si, pero no te preocupes me dijo, que eran para su colección privada y que nadie más que el los iba a ver. Me compró todos y me pago una pasta.

Chantal, cada vez más nerviosa y medio mareada le dijo:

- ¿Te dijo, como se llamaba?

- Si claro y además, me dejó un sobre para la modelo. Yo le dije que te había perdido la pista y que nunca te volvería ha ver. Yo me reí y pensé que era imposible, pero mira, aquí lo guarde en su día y tiene que estar aquí.

Cuando Pierre empezó a buscar, Chantal reculó hasta el sofá dejándose caer lentamente. Estaba a punto de desmayarse, cuando el sacó un sobre negro y se lo tiro. Ella lo cojió, le dio mil vueltas hasta que lo puso sobre la mesita sin abrirlo.

- ¿No lo abres? Igual es dinero y nos vamos a cenar con el.

- No, déjalo ahí, luego lo abro, vamos a cenar yo te invito.

- Está bien, se de un restaurante romántico al borde del sena, que te va a encantar.

Fueron allí, cenaron algo ligero pero muy sabroso, escucharon música de acordeón, hablaron de sus vidas hasta hoy. Pero en ningún momento mencionaron el tema de los cuadros ni al tipo que los había comprado. Volvieron al estudio e hicieron el amor, rememorando los momentos de antaño. Pero el notó un pequeño distanciamiento que ella no pudo disimular. Pierre se quedó dormido y ella aprovecho para levantarse de la cama. Se acercó a su bolsa, sacó el sobre negro.



Se acercó a la ventana y salió al balcón. Como hacia cuando era joven, saltó la barandilla amarrándose a la cañería y trepo hasta la tejaban superior. Allí seguía el colchón que Pierre tenía, para tumbarse a contemplar las estrellas. Se veía todo Paris. De noche era una de las ciudades más bellas que ella había conocido. Al estar desnuda, se estremeció un poco, pero hacía buena noche. Se sentó sobre el colchón, y se dispuso abrir el sobre. Había una tarjeta negra como las de siempre, ponía; Estas preciosa desnuda encima del tejado.
¿Queeeeeeeeee?.
Casi se cae del tejado. Bajo de un salto al balcón y despertó a Pierre.
-¿Que pasa Chantal?
-Dime, es muy importante que me cuentes todo lo que hablaste con el hombre que compró mis cuadros.
Pierre le contó todo lo que hablaron aquel día y los dos posteriores que tuvieron contacto. Ella quería pensar pero su mente estaba revuelta. ¿Lo decía por el cuadro que Pierre pinto de ella en el tejado?o tal vez estaba observándola desde algún sitio y la había visto desnuda.
En el sobre había una llave pequeña como de taquilla.
- ¿Sabes de donde puede ser esta llave?
- Si, es de la estación de Gare de Lyon. Pero... ¿Donde vas?. Es muy tarde, no te vayas.
Se vistió a toda prisa y bajo las escaleras a toda velocidad. Tenia que aclarar todo esto. Conocía bien Paris, así que no tardo en llegar a la estación.




Llegó a las taquillas, busco la numero 7. Intento abrirla, pero no podía. Un mendigo se acercó ella y le dijo: -¿Le ayudo Madame?
- No,no merci.
El mendigo se alejo, pero se dio la vuelta y se quedó mirándola. Por fin cedió la cerradura y lo que había allí la dejo sin habla.


CONTINUARA....

3 comentarios:

SAL dijo...

Super, genial, este capítulo levanta el interés de un muerto. Estoy deseando saber qué hay dentro de la taquilla número 7, no nos dejes con la intriga durante mucho tiempo.
Besos.

Woman dijo...

Holaaaaa, ya estoy aquí.
Tenia tanta curiosidad y ansia de lectura que me he liaoooo, así que con tranquilidad y una copita de buen vino, retornando casi al inicio y con paciencia me he aclarado, creo que el enredo de fechas y comentarios es provocado por ti no??, pero no importa, yo desde luego me sigo divirtiendo. El capitulo último, que luego no es el último, entre el estruje de los pechos, las bragas que no se sabe donde están, los peos del marido, jajajajajaja que risa, no me extraña que Chantal se de el piro, lo mejor es que llevas razón en casi todo.
Este capitulo me gusta un montón, algo menos divertido pero muy intrigante e interesante, la introducción de un nuevo personaje y como consecuencia una nueva historia despierta la curiosidad.”La taquilla nº 7”, ya en si, parece el titulo de una novela, que tendrá?????
Superflos, sigue con la novela, estrújate la cabecita, ya pensaras en la siguiente, ahora céntrate en esta, te esta quedando súper.
Besos
Woman

superflos dijo...

Hola wapas:
Si os digo la verdad, es que no tengo ni pajolea idea de lo que hay dentro, anoche estaba cansada y lo deje ahí. El relato se escribe solo, no pienso en que va pasar hasta que no lo escribo. Así que ya veremos que gilipoyez se me ocurre.
Me alegro volver a verte Woman, tenemos que organizar una comidita o cenita.
Besitos.