Estaba soltera, si, mi novio y yo después de 10 años saliendo, decidimos dejarlo. Era un poco soso aunque buena gente. Mi hermana quiso animarme y me dijo: - Nena, vámonos de viaje a Noruega.
En fin, ¿porque no?, nada me retenía ya en Madrid, no tenia pasta como siempre, pero allí estaba ella para solaparme. Soy una afortunada en tener una hermana tan grande y con un corazón mas aun.
Total, que allí me vi en un avión de la SAS. No se porque motivo nos toco ir separadas. A ella le toco al lado de una parejita que parecían recién casados. Pero resulto que mas que recién casados, eran recién juntados. El la conoció de fiestuki y le dijo: dentro de una semana me voy hacer un recorrido por Escandinavia. Y el...que no tenia nada mejor que hacer, la dijo: ¡Anda, que bien, pues me voy contigo!. La pobre chica, resulto coñazo, repetitiva (que mi hermana la tuvo que decir que se repetía mas que el gazpacho de lo pesada que era), virgen (aunque yo creo que lo engaño), según el era una loba hambrienta con ganas de hacer todo lo que no había hecho en su vida.
Ya en el avión nos caímos muy bien, por lo que a ella le pareció un horror, pues me veía una rival. No se si fue por mi camiseta marinera que me marcaban bien los pectorales o por mi gracia y salero que el tío no paro de hablar conmigo y de reírnos a morir. Las casualidades de la vida de vivir en el mismo barrio, a los dos nos gustaba la medicina (el llego a medico y yo a Enfermera) ejem ejem una pequeña diferencia, a los dos nos gustaba reír y estar de coña, nos gustaba el squash.....en fin éramos tal para cual.
Cuando llegamos al primer Hotel en Helsinki había una pista de squash. En cuanto me entere le dije a el si nos hacíamos un partidito después de la cena. La Luisa que así se llamaba, se mosqueo y se fue para su habitación. Entiendo que era como para enfadarse, era su primera noche de medio luna de miel y yo me llevaba al tortolo a darle a la bolita.
Partidazo total, una sudada en todo el cuerpo espectacular y risa a todo trapo. Al salir de la pista al lado de los vestuarios habia una puertita pequeña y yo como buena cotilleja la abrí....era una piscina cubierta.
Con la sudada que teníamos nos miramos los dos y pensamos en lo mismo. Hummmmmmmm ¿un bañito?.
Bien, lo importante era solucionar el tema bañador. Pero mi intuición me dijo que en los vestuarios siempre había algun despistado que se lo habría dejado. Y así fue, pero ¿quien se despista mas que un niño?. Cuando vi aquel bañador rojo tan pequeño me acorde de Pamela Andersem en los vigilantes de la playa.
No sabía por donde meter los melones. Tenía que ser rápida, en el agua se agrandaría algo me decia yo. Salí presurosa del vestuario y allí estaba el, tan blanquito y tapándose el minúsculo bañador también de niño que le tapaban solo parte de sus huevecillos. Porque de lo otro, prefiero no hablar que me entran sudores. Fue instantánio, nos tiramos al agua y allí olvidamos nuestras vergüenzas. Pero al no poder nadar y no haber allí ni un alma, nos quitamos los trapos chapoteando como crios. Después de unas cuantas aguadillas y unas risas, el se puso a bucear tirando de mis pies y arrastrándome hacia el fondo de la piscina. Con la risa comenze a tragar agua y al salir los dos a la superficie medio ahogados y con los ojos picando por el cloro, vimos a todo el grupo sin incluir a Luisa pero si a mi hermana y la vikinga de la guía que nos miraban con ojos atónitos.
Mi hermana se acerco al bordillo y le dijo a el ¿Y tu noviaaaaaa?.
- La deje en la cama con una aspirina, le dolía la cabeza.
Los bañadores flotaban en una esquina de la piscina y nosotros nos aferrábamos al bordillo pegando todo el cuerpo a la pared para no parecer culpables......
La cena fue en silencio, nadie hablaba hasta que Luisa dijo ¿que habeís hecho mientras dormía?.... Rompieron al llegar a Madrid, pero el y yo seguimos siendo muy, muy buenos amigos.
