jueves, 10 de diciembre de 2009

TENIA QUE DARTE LAS GRACIAS


EL PAJARO DE PLATA

No recuerdo el dia que conoci a la anciana, creo que era un día lluvioso de octubre, de esos que llueve, pero no llueve, que hace frio, pero no hace frio, de esos dias de octubre tan iguales. Recuerdo sin embargo claramente a la "abuelita". En la casa todos la llamabamos así. Pasaba largas tardes en aquella gran habitacion, en la que todo gravitaba en torno a la fabulosa jaula de su pajaro. Toda su familia era el pajarillo, al que le contaba todo lo extraordinario que podia ocurrirle, sus profundas penas de mujer cansada, sus alegrias, sus preocupaciones siempre producidas por la falta de dinero para pagar la habitación. Abria la jaula por las mañanas y jugueteaba con el jilguero imitando sus trinos, persiguiendole por la casa, dandole el alpiste en la mano y abriendo la ventana para comporobar una vez más la fidelidad que le tenía, hasta el punto de no salir nunca.
Su felicidad era siempreescandalosa y parecía transmitirse por los patios y pasillos. Mis visitas eran compartidas en la mesa camilla de la gran habitación con aquel pajarillo y era inevitable hablar de el, de su profundo cariño por la abuela, de sus conocimientos matematicos que siempre ella aprovechaba para hacer mas amena la tertulia.

No comprendo todaví como pudo ocurrir aquel desastre. Me dijeron una tarde que la abuelita ya no estaba, que se la habian llevado por no pagar la habitación. Creo que la casa perdió toda la alegría de antes, que la gente se asomaba al patio buscando aquellos maravillosos trinos del jilguero con el eco de los trinos desafinados de la "abuelita", que la gente echaba de menos sus paseos por el barrio mientras revoloteaba por encima de la cabeza....

Mas adelante una amiga del barrio me conto todo lo que le sucedió a la "abuelita" cuando se la llevaron de la casa. Se había terminado todo su dinero y debía ya dos meses al casero.
-Todos los vecinos veiamos venir el final. Aquella mañana llegó la policía con la orden de embargo y desalojo. Salio a la calle con su abrigo oscuro de siempre, con un pañuelo en la cabeza, con el pajarillo entre las manos apretadas, por miedo a que se llevaran lo ultimo que le quedaba. me contó tambien como mas tarde le habían llevado ante el juez. Se presento sola, con lo puesto y con el pajarillo guardado entre el forro del abrigo. Demandaban el pago de la casa de los ultimos meses. le pidieron algo de valor para pagar, pero no tenia nada.
La cara de la abuelita seguia siendo la misma de siempre,con aquella levesonrisa triste que solo cambiaba cuando podía jugar con su jilguero. Ella seguia sujetando con fuerza.
-¿Que esconde entre las manos?- Le pregunto el juez. Ella no hablaba, no podia hablar. Tenía miedo de perder lo ultimo que le quedaba. No queria abrir las manos, seguia apretando el pajarillo, pero los guardias tenian más fuerza y lograron quitarselo. El juezno entendia comoella no queria pagar la deuda con aquel hermoso pajaro de plata que ahota estaba encima de la mesa del juzgado. - ¿Por que no dijo antes que tenia una figura de plata de tanto peso?¿No comprende que con esto podra pagar su deuda y quedara libre?.
La abuelita tenia los ojos muy abiertos, nocomprendía bien lo que habia ocurrido y tanteaba con sus manos temblorosas el forro del abrigo buscando todavia a su jilguero. El siempre le habia sido fiel y tanto, ya que le saco del mayor apuro de su vida haciendose de plata.
Ellaempezo entoces a relatarle al juez como un día encontro en su ventana un pajarillo con un ala rota, como le habia cuidado minosamente y le habia hecho una jaula y era amigos y jugaban todos los dias.....
El juez no creyo nada y observaba a la "abuelita" con ojos de compasión, de pena. Y mientras ella seguia contando sin parar cosas de aquel pajarillo, que ahora era de plata y estaba inmovil. Enseguida se dio cuenta de la mirada del juez, de que su amigo le habia salvado, pero ella lo habia perdido; ahora se lo llevaran y lo venderan en cualquier sitio. Mi amiga me siguio contando cosas y yo cada vez estaba mas preocupada por ella. Me dijo que el juez hizo que la llevaran a un asilo porque no tenia dinero y tampoco queria que se la llevaran a un sanatorio. El juez creia que la extraña historia del pajaro de plata que contaba la anciana no era señal de locura, sino simples achaques de la vejez.
Un dia me decidi a ir al asilo y estuve con ella toda la tarde. Su tristeza era inmensa y ni siquiera era capaz de hablar con la gente para contarle como era su pajarillo, para explicar como se habia hecho de plata y le saco de un gran apuro. Necesitaba tenerlo a su lado, era toda su alegria y sola en su cuarto se dedicaba a recordar los dias tan felices que pasaba jugueteando con el, imitando sus trinos. Despues, no se como, le prometi buscarlo, entre las tiendas de empeño y joyerias. Fue un trabajo muy duro. Muchas fueron mis visitas inutiles, mis paseos desengañados entre tiendas y mas tiendas. Buscaba un pajaro de plata de tamaño natural y me enseñaban antiguos relojes de bronce, sillas estilo imperial, cachibaches de coleccionista....

-¿Pajaros?, no tenemos, pero mire usted que familia de elefantes de plata mas maja-. Segui buscando y llegue a reunir hasta veinte distintos pajaros de plata que me parecieron en cada una de las tiendas el amigo de la "abuelita". Habia llegado a la conviccion de que nunca lo encontraria, de que la historia no podia ser cierta, o tal vez que ya habia volado hacia tiempo. No podia ir con las manos vacias y me presente una tarde en el asilo con una caja llena de pajaros de plata de distintas posturas pero que me parecian irremediablemente iguales. - Abuela, perdona, creo que no he sido capaz de encontrarlo. Mira cuantos te he traido y creo que no es ninguno de estos-.
Saque uno por uno y los fui poniendo encima de una mesa, cada vez mas despacio, con mas desilusión...Ella tenia abiertos sus ojos y miraba atentamente uno por uno sin tocarlos.

No recuerdo exactamente en que dia ocurrio aquello, creo que era un dia lluvioso de octubre...comence a oir de repente carcajadas y vi como cojia mimosamente uno de los pajarillos con las dos manos y lo lanzaba al aire y desplegaba sus alas y se oyeron sus trinos, mientras ella lloraba de alegria y le respondia desafinando.

Con este cuento gane un certamen que realizo la sociedad general de autores en Madrid. La idea nacio de la mano de mi madre, un dia que fuimos a visitar a la tia Pilar que vivia enfrente del fenix. Se veia desde su ventana, ella tambien tenia un pajarillo. Y a ti Antonio, solo puedo decirte gracias por estar ahi, algun dia tenia que decirtelo. Aunque nuestras vidas esten lejos, mi corazón esta contigo.

9 comentarios:

SAL dijo...

A pesar de haberlo leído antes, este cuento me sigue pinzando el estómago. Gracias Super por escribir.
Un beso

superflos dijo...

Y a ti, por estar ahi siempre leyendome.
Gracias.

Sshhh Sshhh dijo...

Bonito cuento, pero me gustas más escribiendo literatura erótica.

Woman dijo...

Hola guapetona, tu cuento es muy lindo pero yo estoy con Sshhh, me gusta más tu otra literatura, no solo la erótica, que esta bien, si no la divertida e intrigante .A mi me pone jajajajaja
Aprovecho para recordaros que tenemos pendiente la comidita del viernes 18, decidir lugar y hora.
Besos para todas
Woman

superflos dijo...

Bueeeeno, ya os escribire algo más fuerteeee.
Por mi bien el Viernes. ¿Donde esta pez austral y lady pax?Estan missin.
Hablamos mañana.
Besos

Anónimo dijo...

A mi me ha gustado asi.

Laststep

superflos dijo...

Bueno, para gustos estan los colores.
Son estilos diferentes de escribir. Me gusta hacerlo de diferentes maneras, según mi estado de animo o según me sale. No se puede comparar este cuento con el relato de Alain. Yo creo, que lo bueno de esto es hacerlo cada vez de una forma, así no es monotono.
Un saludo.

Unknown dijo...

Mágico, estremecedor y lleno de esperanza, vamos lo justo para mi estado de ánimo, snif.... Gracias, me encanta leer lo que escribes a pesar que aún no soy capaz de manejar bien el blog. Bss

Manolete dijo...

Querida desconocida ya lo dijo el Pricipito : lo esencial es invisible a los ojos ,no se ve si no con el corazon.

Precioso