jueves, 22 de octubre de 2009

LA RED DE ALAIN



CAPITULO I



Sintió la frialdad del hierro sobre su espalda, esta vez no era una caricia, no era roze gozoso que le hacia estremecerse cuando recorría su espalda. Este vez era algo frío y escalofriante que le hacia sudar. Ella quería ser una de sus gotas para caer por su espalda dulcemente pero todo había llegado demasiado lejos y el daño estaba hecho. No sabía si era un revolver pero lo intuía.



Dicen que cuando vas a morir tu vida pasa como un fotograma, pero Alain no vio nadas de eso. Era demasiado frío y calculador como para darse cuenta que en apenas unos segundos su vida dependía de la maldita rubia.



Quizás no tenia que haber entrado en su estúpido blog, pero el era un jugador y le gustaba asumir riesgos, pero controlables en todo momento.



Era el momento de la verdad, el momento del balance. Había sido un tipo duro y sin escrúpulos. Era un Dios para si mismo, ególatra y sin remordimientos de ningún tipo. Se crío en París, su padre era un arquitecto de nombre y de buena familia. Allí todos les conocían y les saludaban en el barrio de Montmantre.



Su madre era una de las mujeres más elegantes y con estilo que habitaban en el gran barrio. Era una gran familia con una pila de hijos, a cual más pijo y mejor.



El era inquieto y no paraba nunca, ya desde joven quería estudiar todo y nada, quería hacer todos los deportes y ninguno, estar con todas las mujeres y ninguna. No se casaba con nadie.



Pero si, un día se caso. Tenía claro que tenía que ser alta y rubia, lo demás.....no era importante.



Se casó, pero como el que entra a la catedral a saludar con la mano, cual obispo fuera.



Se marcho a España y pronto monto una empresa para divertirse. Aunque lo que más le divertía era salir de ella e irse de parranda con los amigotes. El tiempo que pasaba en ella, era siempre de mal humor y martirizando a todo el personal. En sus ratos libres, trasteaba con el ordenador. Aquí, allá y más allá. El día que entro en su blog, no podía imaginar lo divertido que iba a ser su vida, que aunque el se jactaba de lo intensa que era, no tenia ni idea donde se metía.



El blog, era el de una mujer aparentemente sencilla, rubia !Claro¡, un poco monótono, marujil y más bien aburridillo.



Ella Chantal, era francesa también y había llegado a España arrastrada por el amor de un marido español que conoció en Harvard. Se dedicaba a la vida contemplativa del garrulo de su marido y pensó que por que no abrir un blog, solo de ella para expresarse y poder tener una vida imaginaria.



En su post había algún comentario de alguna amiga, y poco más.



Un día Alain, como buen explorador de la red, comento algo así como una critica a uno de sus post. Ella se emocionó desmesuradamente y como una loca pirulera, le contesto algo con poca gracia, pero si con picardía. Tal vez eso fue lo que le dio la clave a Alain para caer en la red o mejor dicho en las redes de ella.



Ya era tarde para dar marcha atrás, pero el revolver se incava cada vez más en su espalda y subía hasta su cabeza con idea de reventarle los sesos.



Decidete Alain, piensa que le vas a decir a esta loca.



!Dispara si tienes cojones¡ Solo se le ocurrió decir esa estupidez.



Si, Chantal, soy así de chulo



CONTINUARA................

4 comentarios:

Woman dijo...

Estoy deseando leer el próximo capitulo, que intriga por Dios.
Buen ataque ¡Rubia!
No te demoreeeeeeeeesss
Woman

SAL dijo...

Sin duda alguna, tienes alma de novelista!!. Genial el primer capítulo, y como Woman, estoy deseando leer más... a ver con qué nos sorprendes.
Un beso Super.

Lady Pax dijo...

Espero que en la comida de hoy nos cuentes una exclusiva del siguiente capitulo. Aunque yo soy de las que quiero leer el final, cuando se pone con tanta intriga. Así que a mi en el baño me lo cuentas para no fastidiarselo a las demás.
Lady Pax.

SAL dijo...

Super, genial la comida, no estoy muy segura de si los pasamos mejor nosotras o los de las mesas colindantes, que no se iban ni con agua caliente, hay que repetir, de vez en cuando una reunioncita así es de lo mejor.
Sal