UN CUENTO CHINO PARA NO DORMIR

Cualquier parecido con los nombres o personajes de esta historia son pura coincidencia o parte de la imanación del lector.

Si, así describiría yo la vida de mi amiga. Como en un cuento, de esos que se le dicen sobre todo a las niñas, para que crean en el amor, en las hadas y en los sueños inocentes de príncipes apuestos y princesas.
Cuando consiguió aquel trabajo, en ningún momento pensó que su vida iba a cambiar de aquella forma. Su prima "la Chari" y sus dos mejores amigas le ayudaron a recomponerse para el gran día. Tenían que escoger que tipo de ropa se pondría. No podía ir ni muy de maruja pero tampoco tipo boda. Haber sido elegida entre varias candidatas con aquellos apuestos jóvenes doctores, para llevar una policlinica tan importante, la llenaba mas que de orgullo.

CLINICA PENA

Por fin eligieron un traje chaqueta de color camel, que le quedaba un poco prieto sobre todo en la retaguardia. Claro esta que ella había heredado de su máma esa personalidad y sabia que era parte de su belleza.
Eva Goya, era una mujer corpulenta, rallaba un poco en la chotez, pero gracias a esa sonrisa que hacia su boca de lo mas apetecible y a sus rizos ensortijados rubios, practicamente no se fijaba uno en ello. Pero si los pacientes, sobre todo los maduritos, que al ver aquellos pechos y esa exuberancia se les caía la baba en el mostrador de la recepción e incluso a mas de uno la dentadura postiza al verla sonreír.  Ese pelo le gustaba y le quedaba bien. Además era la moda de aquel entonces, a lo Nasarre. Pero ella de gimnasia....nada de nada. El deporte no tenia cavidad en su vida y no es porque no le gustara, sino porque no tenia ni un momento de su vida para nada.

La policlinica, tenia cinco especialidades y cada una de ellas era llevada por un doctor. El primero de ellos que conoció era un tal Emilio Compostela. Ese tal Dr. Compostela dirigía el servicio de Urologia. La verdad es que le venia como anillo al dedo, porque mariconcete era poco decir de el. A pesar de ello Eva congenio bien con el. Y tanto es así, que hasta en sueños creyó estar enamorada. Pero mas bien confundió el amor con el cariño. Su hermano le ayudaba en ciertas tareas y realmente era un bellezon y aunque las malas lenguas también le tachaban de eso, no era algo tan evidente como para afirmarlo. El Dr. Compostela tenia una enfermera que parecía el diablo personificado. La típica con cara vieja, siendo joven y con mas mala folla que nadie. Pero para Eva no había malas que se le resistieran.

El segundo Doctor que conoció fue el Dr. Quino Taton. Gran hombre por su fortaleza física y su manera de cagarse en todo lo cagable según entraba por la puerta de la poli. El padre Domingo Hortega era su paciente favorito y aunque su especialidad era la pediatría, al padre lo veía practicamente todos los días. A Eva le cayó muy bien desde el primer día, entre otras cosas por que su mujer se llamaba como ella. y cada vez que se dirigía ha ella, la decía Evaaaaaaaaaa, con cara de oso amoroso. Su enfermera era chiquitina, chiquitina. Tan chiquitina que a veces la pisaban o la arrollaban todos los demás y ni se la pedía perdón por no darse cuenta. La pobre se pasaba todo el santo día recogiendo las gafas del Dr que con tan gracia tiraba al suelo cada vez que se mosqueaba. Pero ella muy tranquila las recogía y las arreglaba con cinta aislante del mismo color que la gafa fuera entonces. Hasta el día que las trajo de pasta marrón de carey  y no veía la pobre como hacer que se pareciera la cinta. Menos mal que la Eva tenia recurso para todo y le dijo a la "Chispy"; -Anda trae que te la pinto con un rotu marrón.

CONTINUARA..........