jueves, 24 de junio de 2010

NOCHE DE TORMENTA


Te fuiste con la lluvia. Me penetraste con tu rayo y mi ser se iluminó con tu luz. La lluvia golpeaba los cristales de mi cuarto, pero abrí las ventanas. No me importaba que se mojara el suelo con mis lágrimas. Había un silencio que hacía que mi corazón palpitara con mas fuerza. Me asuste nunca me había oído a mi misma galopar con tanta fuerza. Hoy he comprendido muchas cosas. Quizás nosotras somas capaces de rechazar sin darnos cuenta del daño que hacemos....pero no hay nada más triste que sentirte desquitada.
¿Como? ¿Que te voy hacer una caricia y te levantas a comer algo?. Para que, para no decirme que no quieres. Hoy no toca, hoy no me apetece. Pero dentro de unos días, si. En mi mente pequeña hay un hueco para el sabor de tus recuerdos y tus caricias en mi piel. Pero hoy no, estoy ocupado en otras cosas, y tus caricias y rascados me molestan. Pero se que tu amor esta ahí, esperándome. Cuando toque tu puerta, la abrirás para mi, porque solo se que tienes ojos para mi.
Sigue lloviendo, mas bien jarreando y me gusta ese ruido, a pesar que cuando era niña recuerdo a mi padre aterrado, apagando luces y tendidos eléctricos de toda la casa, porque odiaba las tormentas. Pero el día que murió, estando yo en la playa, me levante sudando, no podía dormir, eran las tres de la madrugada. Salí a la terraza y la vi, tan espectacular, con sus luces y sus brillos, como cuando veías los fuegos artificiales de las fiestas. Tormenta embaucadora, que allí me llevas, para verle una vez más. Esa noche supe que el se había ido ya para siempre, con ella. A pesar de la distancia y los kilómetros, allí se repetía con sus tambores y sus ruidos profundos.
No se lo que me espera, no se si la distancia hará el olvido. Pero tus roces y el olor que dejas en mi cuando te acercas no se quita ni con guante de crin. Es el mismo olor entrañable de la tierra mojada tras la lluvia derramada. Se que todo tiene un final y aunque no quisiera terminarlo nunca, se que llegará como llegan los relámpagos. Pero mientras lloraré porque no me importa mojar el suelo. Y a veces quisiera inundar la tierra donde pisas para que el barro atrape tus pasos y no te dejen escapar.
Pero cuando terminan las tormentas, la tierra te pide que la estimules y al final siempre es lo mismo, sea buena o no. Porque así es la tierra, egoísta y cruel y aunque tu florezcas todos los días sobre ella, nunca te estará lo suficiente agradecida. Los jardineros nuevos que llegan la miman y la trabajan unos días, pero luego se cansan, porque el hombre la ara y sus surcos hacen daño a las raíces. Aunque la buena tierra....siempre será fuerte y no dejará que la pisen más.

2 comentarios:

Woman dijo...

Bellisimo, me he quedado sin palabras.

Woman

Woman dijo...

Acabo de leer el anterior, que bueno .Estoy en el sur y algo limitada para conectarme.
Yo tambien tengo curiosidad por saber quien es D. Ricardo???
Me ha divertido
Woman