LAS BRUJAS EXISTEN

Erase una vez.......un príncipe que soñaba con ser torero. Pero los toros solo quería verlos desde la barrara. ¿Era miedo lo que tenía?¿Era solo un sueño?. Su vida era un sueño y los sueños, sueños son. Un día apareció en su vida una bruja. No era una princesa cursi de rosa. Iba de negro, como van ellas, con sus gafas pequeñas y negras, con su pelo largo y suelto. No tenia sombrero, las de ahora no lo llevan ni tampoco una escoba.
Ella estaba sentada tranquilamente, tomándose un buen vino. Cuando el, entro por la puerta en seguida supo que era ella. Olía bien, al acercarse por detrás, suavemente y casi en un susurro, con su voz temblorosa pero firmemente varonil la dijo; hola.........
La bruja se giró para verlo mejor, aunque ella ya sabía que era el. ¿Esperaba que fuera el?. Tal vez si, o tal vez no. No hubo polvo de hadas, no hubo conjuros, ni sapos ni plantas medicinales. Si había miradas, mordidas en los labios, agaches de cabeza. ¿Porque un encuentro tan simple termina pensando en el?. El principio o el fin de algo que nunca empezó. Al príncipe le ardía la garganta, aquella bruja de boca cálida le hacía sudar. Su traje comenzo a quedarle estrecho y ella reía mirándole a los ojos nerviosos de un colegial en su primera cita. Esto no se lo habían enseñado en la escuela, ni tampoco montarse en una escoba y salir zingando. El tenía algo para ella. Se lo dio y mordiéndose el labio una vez más un escalofrío le recorría su cuerpo. Se preguntaba si ella se sentiría mal por ser descubierta. Todas las mañanas el la soñaba. Y ya que su sueño de torero se desvanecía, su princesa de negro le llamaba.
- Ven....llevame contigo.
Aquella locura se iba tornando de verdad. Verdades escondidas, para recelo de los demás.
El día se terminaba y la noche amenazando sus espaldas llegaba al fondo.
No hubo polvo de hadas, no hubo conjuros, ni promesas, ni actos escondidos. Con los ojos cerrados se robaron, aquello que tenían guardado hace muchos años. Lo tenían esperando en sus cuerpos, en sus almas, en sus vidas de niños olvidadas.
Hasta mañana princesa, hasta mañana mi torero.